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- FRENTE ECOSOCIALISTA INTERNACIONAL CHICO MENDES
- Region:
- GLOBAL
El Frente Ecosocialista Internacional Chico Mendes (en formación) te invita a integrarte para formar la plataforma mundial de lucha. Este es un primer paso en la conformación del Frente. La idea es que sumes tu firma a esta peticón y comiences a conocer mejor sobre nuestras luchas y objetivos para que en un futuro cercano podamos luchar juntos. Si crees en una nueva sociedad donde podamos convivir en paz y en armonía entre humanos y con la naturaleza para lograr el vivir bien / buen vivir para todas y todos, por favor firma esta petición y corre la voz.
HACIA EL ECOSOCIALISMO DE CHAVEZ
Propuestas para la ANC y la comunidad internacional
A pesar de todos los avances tecnológicos de las últimas décadas, que han posibilitado el acceso casi instantáneo a la información, la sociedad contemporánea sigue muy mal informada o desinformada. Las corporaciones con fines de lucro, que se hacen llamar medios de comunicación, comparten los intereses de las principales corporaciones mundiales que son las que pagan la propaganda, y hasta las mismas noticias que mantienen a esos medios como negocios exitosos y a nosotros, ignorantes o al menos desinformados, de lo que realmente pasa.
Los medios influencian la manera como entendemos al mundo, nuestras relaciones, nuestras vidas, y la manera como entendemos el progreso de la humanidad. Aún peor, la manera como medimos estos factores, está ligada muy estrechamente a un modelo distorsionado basado en el ansia desenfrenada de riqueza, la especulación financiera y en la creencia, que los recursos del planeta son infinitos, o que la sustitución de un recurso por otro, una vez que el disponible se acabe, puede ser infinita y práctica, incluso más efectiva en términos de costo.
No es casual entonces que la manera como entendemos lo que es aceptable o no para la construcción y desempeño de nuestras sociedades, queda de alguna forma ligada a los mismos intereses de la minoría privilegiada. Nos han impuesto estos intereses como legítimos, como la forma natural que las cosas funcionan. Siendo así, nos hacemos copartícipes y cómplices de una cultura depredadora del ambiente y de los humanos que habitamos el planeta.
Lo cierto es, que hemos agotado, o estamos a punto de agotar importantes recursos del planeta; mientras tanto, miles de millones de personas viven en la pobreza; nuestros cauces de agua se deterioran debido a los desechos que se arrojan en ellos cada minuto; nuestra atmósfera sufre los efectos de la incesante emisión de gases que causan estragos en diferentes aspectos de la vida; nuestros suelos se deterioran por la erosión de laderas montañosas, la deforestación de bosques, y la contaminación con herbicidas, pesticidas, y plantas genéticamente modificadas. La temperatura promedio del planeta aumenta... Pero para el sector minoritario dominante del mundo, para el 1% que está más pendiente de los stocks de las principales corporaciones del mundo, de sus lujos, de sus excesos, de sus corporaciones, de sus guerras provocadas en regiones apropiadamente alejadas de sus mansiones y vidas cotidianas, esto no es preocupante. ¿Por qué habría de serlo si ellos y ellas se están dando la gran vida? Aunque están llevando a la raza humana hacia su fin.
De esta misma manera se ve a los países llamados “de la periferia”. Que son entendidos como simples proveedores de materias primas y riqueza para el pequeño sector minoritario que domina al mundo.
A Venezuela, y a todas aquellas naciones que se rebelan y tratan de salir de la dependencia económica, de la dominación geopolítica, y tratan de lograr cambios en sus sociedades, les espera una implacable campaña mediática de desprestigio y satanización que va acompañada de una despiadada guerra económica. Esto último aprovechando que, los Latinoamericanos, son países con economías débiles y generalmente monoproductores y dependientes; vulnerables a las presiones de los organismos financieros internacionales.
Muchos países Latinoamericanos han sido invadidos militarmente en el pasado, y Venezuela, que ya había sido víctima de un decreto de Obama declarándola una amenaza inusual, acaba de recibir amenazas militares por parte de Trump. Estas amenazas han sido precedidas de un sabotaje en todos los aspectos de la sociedad; de una violencia terorista que duró alrededor de 120 días; de una muy agresiva campaña mediática; y de presiones políticas y económicas sin precedentes que incluyó a un dictador (Temer, Brasil) y desgastados e impopulares líderes de diferentes países, organismos financieros internacionales y la OEA.
¿Qué nos queda? ¿Ceder ante las presiones? ¿Esperar estar al final entre los pocos sobrevivientes, cuando al reacomodarse a las nuevas condiciones impuestas por los humanos, el ambiente desate su cataclismo? ¿O empezamos a actuar ahora mismo para sanar los daños que sean posible sanar; para establecer una cultura diferente basada en la existencia y uso racional de los recursos limitados y finitos del planeta; para establecer sistemas y modelos económicos, sociales, políticos, culturales inclusivos y participativos que saque provecho de la creatividad e inteligencia de la raza humana para provecho de los seres vivos y del planeta en general, y no de una minoría privilegiada? Creemos que esto último es lo más razonable, aunque requiera más trabajo, y requiera empezar a actuar ya, en contra de fuerzas muy poderosas.
La tarea no es fácil. Hay factores histórico-culturales como la colonización española; la derrota del proyecto de Bolívar de unidad e independencia latinoamericana; la fragmentación social; el racismo; la esclavitud; la desigualdad económica y social; la dependencia cultural; la falta de identidad nacional; que nos han atrapado en una situación de individualismo, de sálvese quien pueda, donde la Patria para muchos carece de significado.
La economía petrolera venezolana, rentista, monoproductora y dependiente, ha generado distintos estragos y deformaciones culturales, sociales e ideológicas. Pero el factor más degradante e influyente de una manera malsana en nuestra cultura, nuestra política, nuestra sociedad en general ha sido la maquinaria político-cultural de dominación estadounidense, hasta el punto que una parte de la población y hasta algunos partidos políticos priorizan los intereses de los Estados Unidos por sobre los intereses de Venezuela.
Pero Venezuela tiene un potencial enorme, gente orgullosa, digna, luchadora y trabajadora; gente heredera de las ideas y luchas de Simón Bolívar, Hugo Chávez, Francisco de Miranda, entre otros importantes líderes de estatura mundial.
Estamos conscientes, del prodigio de recursos energéticos y de biodiversidad que afortunadamente nuestro país posee; éstos constituyen un envidiable escenario geo-político estratégico territorial y nos propician toda una serie de posibilidades y múltiples contradicciones culturales, sociales e ideológicas, que nos entusiasman y nos motivan. Más aún, nos conducen a participar en la definición de esa sociedad posible, y de ese ser venezolano/venezolana que en gran parte se desdibujó como resultado de la colonización española, de la dominación oligarca, de la recolonización estadounidense y de los antivalores del capitalismo dependiente que hemos padecido.
El pueblo venezolano, en particular, luego de enfrentar y derrotar un ataque terrorista que duró 120 días, ha puesto en marcha, a través del voto universal, directo y secreto, a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). La ANC es un espacio del poder popular originario, que se ubica por encima de los partidos políticos y de las estructuras de poder establecidas, para modificar la constitución tomando en consideración temas vitales. La idea es que la constitución responda a la realidad que se vive, pero que también perfile el nuevo país que se quiere, y facilite el establecimiento de las leyes y normas necesarias para construirlo.
Pero la ANC no tenía ni 15 días de funcionamiento, cuando, ante el fracaso de la última ofensiva terrorista contra el gobierno democrático de Nicolás Maduro, Donald Trump ya estaba amenazando con acciones militares directas contra el país. En caso que llegara a concretarse esta aventura por parte de Trump, la derrota militar estadounidense causaría daños incalculables para Venezuela, su gente, sus estructuras, su ambiente natural. Por eso preferimos evitar tener que derrotarlo militarmente.
La ANC debe propiciar el mayor número de espacios de debate/aprendizaje, orientados a sensibilizar y tomar conciencia de las complejas condiciones y tensiones de todo tipo que estamos confrontando. Estos espacios deben abarcar a todo el país por las razones ya mencionadas anteriormente, pero también al planeta. Esto último, porque las agresiones del sistema capitalista/imperialista, liderado por el grupo minoritario dominante del mundo, hacia el planeta mismo, han llevado a la especie humana al umbral de su propia extinción.
Estamos obligados a derrotar el modelo capitalista monoproductor-dependiente, que en nuestro caso es llamado rentismo petrolero. Paralelamente debemos derrotar a la guerra económica que nos han impuesto como castigo por sublevarnos al imperio. Ante los retos planteados, proponemos al ecosocialismo como nueva propuesta civilizatoria.
Consideramos firmemente que sólo el ecosocialismo puede cambiar las condiciones de Venezuela y del mundo, de una manera realmente radical y consustanciada con los intereses de las grandes mayorías del país y del planeta.
La discusión debe priorizar y orientar: ¿En qué crecer? ¿En qué decrecer? ¿Quién controla los procesos productivos? ¿Cómo vamos a producir? ¿Cómo operamos la justa distribución de la riqueza? ¿Cómo mantenernos austeros y evitar creer que nadamos en la abundancia?
El primer objetivo nacional del 5to Objetivo Histórico de la ley Plan de la Patria dice claramente: “construir e impulsar un modelo económico productivo ecosocialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional, óptimo y sustentable de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza.”
Nuestro país debe emprender un camino de productividad a todo nivel, pero esta productividad debe estar sujeta a los límites biofísicos, impuestos por la ecosfera. No existe tal cosa como crecimientos económicos perpetuos o recursos infinitos. La extracción de recursos renovables no puede superar la capacidad natural de regeneración de los mismos. La emisión de residuos no debe superar las tasas ecológicas de asimilación y procesado.
Los flujos de entrada y salida de los sistemas y procesos productivos se deben concatenar en un solo flujo circular, es decir, saludable; donde debe haber un cierre del ciclo total de producción. Producción-distribución-consumo-residuo-reuso/reciclaje-producción.
Nuestra conducta debe estar sujeta a la eco-ética. Una nueva ética que guiada por valores de corresponsabilidad social y de una relación responsable hacia la naturaleza, nos permitirá definir nuestro desarrollo con criterios de sustentabilidad. Una sustentabilidad que quedaría delimitada por los ritmos saludables de los ecosistemas; el uso preponderante/exclusivo de la energía proveniente del sol; y el cierre de los ciclos de la materia y energía.
El ecosocialismo debe reconocer, recrear y fortalecer nuestro carácter identitario e intercultural. Este carácter, a su vez, debe estar fundado en ese extraordinario y rico mestizaje (caribeño-europeo-indo-afro-caribeño), con sus valores, signos, significaciones y complejidades que son los sustratos de la cultura de la sustentabilidad.
Un proceso de transición hacia el ecosocialismo debe sustentarse y avanzar en varias dimensiones y niveles socio-político-culturales. Los cuales se aspira tengan coherencia, visibilidad, coincidan, puedan coordinarse, articularse, hacer sinergia y complementarse. Para esto se han definido seis principios, llamados Principios Ecosocialistas, para orientar la marcha hacia la nueva sociedad.
PRINCIPIOS ECOSOCIALISTAS
1) La autocontención
2) La precaución
3) La interculturalidad
4) La eco-ética
5) La igualdad social
6) La participación
DIMENSIONES Y ACCIONES ECOSOCIALISTAS
DIMENSION ECO-ETICA
En las páginas nro. 64 (ob..2.2.7.1), 75 (ob.2.4.2.1), 129 (ob5.1.2), 135 (ob.5.3.1.1) de la ley Plan Patria, Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019, se expresa la voluntad por avanzar en una nueva ética revolucionaria; en una nueva ética-ecosocialista; en una nueva cultura eco-socialista, en fin, en la eco-ética.
La humanidad entera ha sufrido el impacto del modelo capitalista neoliberal-globalizador de dominación. Este modelo contaminador, depredador y extractivista, es además ineficiente y creador nato de desigualdades sociales y de daños ambientales severos, muchas veces irrecuperables. Además pervierte a nuestras y nuestros niños y jóvenes, y a la población en general con una mentalidad consumista, individualista, donde el dinero es el objetivo de vivir. Este modelo siempre presenta desbalances entre las entradas y las salidas de los procesos productivos, porque, aunque a veces pregona lo contrario, no le interesa el ambiente natural.
Los mentores del sistema capitalista nos siguen imponiendo condiciones megalómanas y falsas expectativas para confundirnos. La realidad es que este modelo se agotó, no es opción viable para la humanidad por su productivismo destructivo y su estilo de vida contrario a los intereses de la humanidad entera.
Las nuevas relaciones en la sociedad y humano-naturaleza exigen una re-dimensión de la ética, donde los valores de la naturaleza partan por reconocer que nuestra Tierra dejó de ser una simple mercancía y que no se puede hacer con ella lo que nos dé la gana. Es, sigue y seguirá siendo, algo vivo y generador de vida. El capitalismo la considera algo inerte, una especie de tienda con recursos infinitos.
La eco-ética concentra múltiples dimensiones culturales, psicológicas, psíquicas, emocionales que debemos revalorar, para resguardar de manera muy atenta las relaciones entre seres humanos, y la de estos con los recursos naturales del planeta. Más aún, debemos considerarnos garantes del bienestar de las generaciones futuras, y activamente, debemos demostrar, la solidaridad intergeneracional y las relaciones geo-políticas e internacionales mediatas e inmediatas, que nos han de mantener unidos.
Como lo exige el Plan de la Patria, nuestra nueva eco-ética o ética ecosocialista, debe permanentemente promover la transformación de la persona y su relación con los demás seres vivientes y el planeta en general, a través de un proceso dialógico, reflexivo, consciente y responsable para generar estrategias y prácticas sustentadas en el bien colectivo, apropiadas al medio natural y cultural.
DIMENSION POLÍTICA
La corresponsabilidad y la convivencia social armónica entre humanos, nos demanda promover y construir la democracia participativa, protagónica y colectiva. Esta última debe valorar las diferencias y celebrar las comonalidades y desvelarse por la integración social de todos con todos, sobre las bases de la corresponsabilidad social adquirida y la relación responsable con el ambiente. Debemos crear espacios sociales, rescatar los que se han deteriorado y convertirlos en espacios de encuentro para las artes, para la producción artesanal y ecológica, para la discusión de asuntos de interés para todas y todos, para concretar los sueños colectivos.
Los principios ecosocialistas, están orientados, a combatir la conciencia rentista, mercantilista, consumista e individualista, que estimula la innecesaria acumulación y los conflictos sociales. Se aspira que los principios permitan unir intereses colectivos en la consecución de la paz y de los objetivos comunes.
El ecosocialismo tiene la misión de articular y apoyar herramientas teóricas y conceptuales. Algunas se crearán en el proceso; otras que han venido aportando y complementándose entre las distintas tendencias ideológicas y políticas, como: el ecologismo, la ecología política, el eco-marxismo, el eco-feminismo, el altemundismo, el buen vivir, el vivir bien, la descolonización, entre otras.
DIMENSIÓN AMBIENTAL
Las evidencias científicas recogidas en el informe de Evaluación de Ecosistemas del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas concluye que el 60% de los servicios ambientales de los que depende el bienestar humano, tales; como la depuración del agua, la fertilidad de los suelos o regulación climática están seriamente deteriorados.
El ecosocialismo en la sustentabilidad, exige revertir esta severa tendencia de manera inmediata y urgente, antes que definitivamente nos venga el colapso. Urge y la Asamblea Nacional Constituyente debe redimensionar las políticas públicas sectoriales en concordancia con los límites actuales de nuestros recursos naturales.
Debemos insistir que no es el planeta en sí, que está directamente amenazado, sino los sistemas ecológicos y su soporte vital, de los cuales depende el bienestar y la existencia misma de la especie humana.
Los indicadores de extracción de recursos no deberían superar los niveles o tasas ecológicas de regeneración; ni la emisión de residuos debería superar las tasas ecológicas de asimilación y procesado. De esta forma la “sustentabilidad” queda delimitada por la adaptación de los ritmos de los ecosistemas; del uso o usos eficientes de los recursos energéticos y del cierre de los ciclos de materia en los procesos productivos.
DIMENSIÓN SOCIAL
Entendiéndose desde la óptica de la sustentabilidad, el ecosocialismo promueve la cultura del cuidado de la vida. Esta máxima condición, exige el cumplimiento de las necesidades vitales y esenciales humanas. Estas necesidades deben tener su articulación mediante una sociedad igualitaria, integrada por personas libres que respeten y fomenten la diversidad, y donde predomine, el cuidado de todos los seres vivos y de las condiciones que permiten la vida.
Las actividades humanas de producción y reproducción, han de tener como bases la biosfera y racionalizar la utilización de nuestros servicios naturales en concordancia con los límites de su uso racional. Esto significa la creación y consolidación de los espacios ecosocialistas.
El ecosocialismo y la igualdad (intrageneracional e intergeneracional) implica tener en cuenta la justicia ambiental. Esto implica la búsqueda de la resolución de los conflictos ecológicos y redistributivos, mediante el reparto equitativo de los beneficios (recursos naturales y los servicios ambientales) y los costos de los pasivos ambientales (contaminación y residuos) ligados al aprovechamiento económico de la naturaleza.
Para la Asamblea Nacional Constituyente, un buen ejemplo de justicia ambiental, sería asumir acciones legales contra los responsables directos e indirectos de los actos eco-terroristas: la quema de cauchos y basura, y la destrucción ambiental.
Por lo anteriormente expuesto, es natural ejercer la presión social organizada para que las nuevas políticas ambientales, tengan peso real en el conjunto de las políticas públicas sectoriales.
La educación ecosocialista es indispensable en todos los niveles de educativos. En particular, en el proceso de transformación universitaria, donde lo ambiental, debe priorizarse. La universidad debe atender con urgencia los temas emergentes que exigen de nuevas valoraciones e innovaciones científicas y tecnológicas.
Los nuevos urbanismos que se construyen a través de la Gran Misión Vivienda deberían tener techos de paneles solares, bibliotecas, centros de colección y procesamiento de residuos incluyendo tratamiento de aguas residuales, parques naturales, centros de producción agroecológica, entre otras cosas, que permitan la creación del hábito del trabajo, del ejercicio físico, y de la convivencia sana con la naturaleza.
DIMENSIÓN JURIDICA:
Nuestra Latinoamérica, fue la primera en el mundo en darle rango constitucional al ecologismo. Nuestros pueblos hermanos Bolivia y Ecuador establecieron en sus constituciones los derechos de la Madre Tierra.
Este trascendental hecho jurídico tiene repercusiones múltiples, en especial hacia los organismos multilaterales, por cuanto ha generado una nueva inflexión el derecho ambiental internacional. Se obliga a entender a Gaia (la Tierra) como un ente vivo, finito y con límites, que puede morir; y pone contra la pared a las constituciones neoliberales, que ni siquiera todavía llegan a reconocer los más elementales derechos sociales.
Este es un hito histórico para la humanidad. Eleva las virtudes creativas de la armonía del ser humano con la naturaleza, tal como las visiones andinas del “buen vivir” (sumak kawsay) y del “vivir bien” (sumak qamaña) promueven. Estas visiones ponen a Gaia como un super-organismo vivo que se autorregula para siempre producir y reproducir vida.
Esta condición de los derechos de la madre tierra, es una única oportunidad para avanzar en la profundización del catálogo de derechos humanos hasta ahora reconocidos como derechos de primera, segunda y tercera generación. Por ello, la condición en mención, definitivamente cuenta con los derechos emergentes de las generaciones futuras (carácter transgeneracional) convertidos hoy principalmente en obligaciones de las generaciones actuales.
En virtud de lo anterior, la especie humana, debe ahora tener más obligaciones que derechos para con la Madre Tierra. Siendo otro magno reto para la Asamblea Nacional Constituyente, el encontrar un equilibrio constitucional en los derechos humanos consagrados, y aún, los que no figuren expresamente, con los deberes y obligaciones de la especie humana para con la Madre Tierra.
Para los propósitos de esta dimensión jurídica, se cuenta con propuestas elaboradas, en la reescritura de algunos artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 y los deberes u obligaciones que han de evaluarse para su consideración.
DIMENSIÓN ECONÓMICA
En situaciones de conflicto, la naturaleza se expresa de manera súbita. Podemos estar haciéndole daño al ambiente natural por años sin percibir una reacción desfavorable notoria, y de repente, surge su respuesta, que puede adquirir carácter catastrófico, con efectos de orden acumulativo.
Sin embargo, seguimos extrayendo y despilfarrando los recursos productivos con una velocidad que supera su capacidad de sustentación.
Un problema o conflicto ambiental, se puede enmarcar en tres variantes: la excesiva velocidad de consumo de recursos y servicios; la desmedida velocidad de producción de residuos; y la combinación de ambos. Tales condiciones, es lo que varios autores, han denominado la etapa de la Gran Aceleración.
En los últimos 65 años la población del mundo se ha multiplicado por 2; el PIB por 9; el consumo energético por 7; el consumo de agua por 10; la producción de alimentos por 7. Estos cambios, a su vez, han generado efectos exponenciales directos en el ambiente: la producción de dióxido carbono, gas metano y óxido nitroso, se han multiplicado por 155-150 y 120 respectivamente; la acidificación de los océanos por 30 veces, y la pérdida de bosques y de biodiversidad por 30 y 35 veces respectivamente.
Esta gran aceleración-transformación, es insostenible. Ello, sin tomar en cuenta las distintas secuelas climatológicas, que conviven en nuestra humanidad y los pasivos ambientales que se están contabilizando.
Nos planteamos entonces varias reflexiones: ¿Cómo podemos redimensionar nuestros crecimientos? ¿Cuáles pueden ser las áreas prioritarias que debemos atender en el nuevo modelo económico? ¿Pudiéramos plantearnos decrecer (según los estándares de medición económica) y vivir bien? Estas, como otras tantas gruesas consideraciones, nos invitan a elaborar iniciativas, las cuáles nos ayuden a construir el proceso de transición hacia el ecosocialismo.
Esto quiere decir que la producción limpia debería regir cada proceso productivo. En otras palabras, la producción debería cumplir con los siguientes requisitos:
1ro. Minimizar el uso de los recursos naturales, valorando si es, o no, indispensable para la producción.
2do. Optimizar energéticamente los procesos productivos, haciendo uso de tecnologías apropiadas y limpias, sin la producción de residuos y también reorganizar el proceso social del trabajo.
3ro. Maximizar los bienes y servicios, eliminando o minimizando la producción de residuos y desechos de cualquier tipo al aire, suelo o agua. Aprovechar las ventajas de la reutilización de los materiales y nutrientes. El nuevo modelo debe evitar ineficiencias de todo tipo. Cada producto liego de usado debe ser la base para un nuevo producto.
4to. Aplicar permanentemente el principio de precaución. Prever las consecuencias futuras de lo que pensamos hacer.
5to. Los distintos factores causantes de carestía o de la desaparición de recursos naturales deben atenderse. Ello nos obliga a diseñar e iniciar procesos sobre la base de la gestión generalizada de la demanda y los limites bio-físicos de los ecosistemas. Se plantea avanzar en la austeridad responsable.
6to. Incorporar la noción de la biomímesis (basado en la sabiduría de la naturaleza y sus seres vivos) para guiar e innovar en la dinámica científica-tecnológica y en la eco-industria. La biodiversidad debe ser revalorada y resignificada en su riqueza.
7mo. Promover la economía familiar y circular en redes, para privilegiar la nueva división del trabajo y la dinámica del valor de uso sobre el valor de cambio.
Acciones que de inmediato deben implementarse:
1) Retomar y emprender los programas y propuestas existentes en el país, en la producción de energías renovables limpias, tales como: solar, eólica, de biomasa y avanzar en la generación de la distribución.
2) Empleo racional y eficiente de los recursos, ahorrando el agua y todo tipo de materias primas.
3) Reducir progresivamente la dependencia en el uso de energía fósil e iniciar el proceso de la descarbonización de la economía. Esto implica avanzar en una economía anticapitalista y aprender a vivir de el sol y otras fuentes no contaminantes.
4) Consolidar la revolución productiva agroecológica y cerrarle el paso a la bio-revolución de la transgenia, que sin necesidad ni conocimiento de causa, los sectores agroindustriales nos quieren imponer.
5) Defender y promover el derecho a una alimentación sana, de alto aprovechamiento biológico. Todo esto en correspondencia con el potencial agroecológico que la agrobiodiversidad local presenta en nuestro territorio.
6) En función de las características culinarias y gastronómicas de las socio-bioregiones, deben fomentarse las eco-redes agroalimentarias en función de los procesos socio-productivos locales.
7) Avanzar en las investigaciones, innovaciones y desarrollos científicos y tecnológicos sobre las virtudes terapéuticas del trópico.
8) Avanzar en la incorporación de las nuevas eco-tecnologías, para desplazar el viejo y obsoleto parque industrial, excesivamente contaminante y desfasado de la realidad científica y tecnológica emergente.
9) Exigir las transferencias de tecnologías limpias en las relaciones: Sur-Sur y Sur-Norte.
10) Movilidad con criterio sustentable, transporte colectivo y gratuito.
11) Construcción y modernización de nuevos eco-parques, con enfoques y direccionalidad eco-turísticas.
12) Implementar y fortalecer la gestión ambiental de las empresas.
13) Participación activa de las y los trabajadores en la eliminación de los monopolios y oligopolios.
14) La clase trabajadora debe activamente participar, en la efectiva distribución y flujo de bienes de consumo masivo.
15) Analizar la pertinencia de las deudas contraídas por sectores políticos y privados que han contribuido a desestabilizar la economía de nuestros países.
16) Nacionalización de la banca y el sistema financiero.
17) Introducir a través de las escuelas del Poder Popular y cualquier otra instancia de formación los conceptos originarios del Vivir Bien y de nuestro Ecosocialismo para todas y todos aquellos voceros y responsables de Consejos Comunales, Empresas de Propiedad Social y Comités Locales de Abastecimiento y Producción con la finalidad de mantener una coherencia orgánica entre el pensar, decir y el hacer.
18) Incrementar la relación presupuestaria (municipal y regional) que dependa de los proyectos desarrollados de manera conjunta (estado - poder popular) y que respondan a las áreas estratégicas de alimentación, producción, transformación y distribución de bienes y servicios de primera necesidad identificadas territorialmente por el pueblo organizado.
19) Acceso gratuito a los servicios de salud, de educación y otros componentes básicos para garantizar la calidad de vida de las y los ciudadanos.
20) Control estricto de las propiedades, ingresos, deudas y finanzas en general de los integrantes de la sociedad para buscar la mayor nivelación de ingresos posible. Evitar la acumulación desmedida, como la corrupción y el desvío de dinero y recursos ilícitamente obtenidos---hacia amigos y familiares que puedan servir de testaferros. Todos y todas las ciudadanas deben declarar sus ingresos anualmente, al igual que las propiedades, deudas y prebendas que adquieran; y deberán pagar todos sus impuestos cuando corresponda.
21) Darle uso objetivo y racional a los medios de comunicación, redes y espacios virtuales promoviendo las bondades de los avances, que en diferentes áreas del conocimiento se han manifestado. Implementar mecanismos para evitar la manipulación mediática, la mentira y la supeditación a intereses corporativos de los medios de comunicación. Castigar severamente la incitación al odio, a la violencia y/o a la guerra, y cualquier acto de discriminación o apología al delito.
Las ideas que hemos enunciado se vienen consolidando en espacios productivos y sociales, de manera singular, grupal, y gubernamental, de forma secuencial ó simultánea. Todas estas múltiples dinámicas tienen diferentes niveles de desarrollo y buscan el gran objetivo, de avanzar en la construcción de una propuesta civilizatoria. Dicho de otra manera, ya se está en la práctica, a través del poder popular, creándose y consolidándose los espacios ecosocialistas; germen de un nuevo estado, que tiene como base nuestras comunas.
Se nos exige crear para creer y también se nos convoca, a que avancemos hacia un desarrollo humano desde la visión ambiental y ecológica; dimensiones que nos conllevan a consolidar la paz, para alcanzar la justicia social e independencia y progresivamente encontrar los equilibrios y la equidad en nuestra calidad de vida.
Las revoluciones civilizatorias serán eco-socialistas o no serán.
FRENTE ECOSOCIALISTA INTERNACIONAL CHICO MENDES
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