Ver que la justicia y el debido proceso se observan en los asesinatos de Hermanos al Rescate

Gerardo Hernández, Ramón Labañino, René González, Antonio Guerrero y Fernando González se encuentran actualmente en prisión por actos de espionaje y terrorismo de Estado contra ciudadanos de los EE.UU.. Ellos planeaban sabotear aviones, provocar incendios, y tenía previsto el envío de una bomba por el correo a una persona en el sur de la Florida con el objetivo de causar su muerte. Ninguno de estos hombres ha demostrado ningún remordimiento por sus acciones.

El 24 de febrero 1996 los asesinatos de Armando Alejandre, Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales fueron condenados por las Naciones Unidas, la Comisión de los Derechos Humanos, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos dio la prueba de la gravedad mortal de sus planes.

En primer lugar, es preocupante que el General Rubén Martínez Puente, Francisco Pérez Pérez, Lorenzo Alberto Pérez Pérez, que fueron acusados de cuatro cargos de asesinato, dos cargos de destrucción de aeronaves y un cargo de conspiración para matar a ciudadanos de los EE.UU. en agosto de 2003 y Juan Pablo Roque, acusado en mayo de 1999 como un agente extranjero (a pesar de que jugó un papel en la conspiración para asesinar a tres ciudadanos de EE.UU. y un residente de los EE.UU.) no han sido perseguidos con todo el rigor de la ley.

¿Por qué el Departamento de Justicia de EE.UU. ni en las administraciones de George W. Bush o de Barack Obama presentado a Interpol una orden de arresto contra los tres funcionarios cubanos de la Fuerza Aérea acusados por el asesinato en 1996 de cuatro nacionales de EE.UU. y para el agente de cubanos que participan en la conspiración que los mató?

En segundo lugar, es desalentador saber que el nombre de Gerardo Hernández se circula en un posible intercambio o liberación. Él ha tenido el debido proceso en un juicio con el dinero que podría comprar los mejores abogados que han puesto en una defensa y un proceso de apelación para su cliente entusiasta.

La convicción de Gerardo Hernández por conspiración para cometer asesinato es la única justicia a las víctimas y sus familias han logrado hasta la fecha.